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sábado, 23 de julio de 2011

Prólogo

Cuando la ví, no me lo creía. Estaba tan distinta. Llamo a mi puerta tan suavemente que em resulto comicamente extraño. Ella , la que nunca llamaba al timbre , si no que entraba sin permiso. No es el único cambio de percibí , tampoco llevaba piercings y el tatuaje que hacía años habíamos mostrado orgullosas , ahora se ocultaba bajo un jersey de fino cachemire verde . Y los vistosos chupetones de sus cuello ,ahora no eran más que pequeñas marcas debajo de mil arrugas. Supongo que tampoco podría decir mejor cosa de mí.
-Quien nos vio y quien no ve, tan tan.- Me dijo ,tras una breve pausa. Bueno , algunas cosas no habían cambiado.  En su hablar , todavía existían matices de lo que antes fue una voz de inconformista.
La señalé el salón con cierta vergüenza. ¿Quién em habría dicho con 18 años que me sentaría sobre una manta de flores con un retrato de mis nietos a un lado y el saco de hacer punto a otro? Al parecer , ella estaba en la misma situación pues no hizo ningún gesto de desdén , propio de aquella época. “Aquella época” lo escucho y me parece tan lejano. Aquella época en la que mi mayor aspiración era sentarme a su lado.
-¿ Tienes nietos?- Me sacó Mire de mi ensoñación.
-Em , sí. Se llaman Dolores y Jorge. Son guapísimos.-
-¡Qué nombres de pijos!- No , definitvamente , tan solo había cambiado físicamente. En el interior, seguía armando ruido. Sonreí por dentro ¡Dios mio, como añoraba esos tiempos!- He venido a hablarte de Javi.- Soltó sin dilación.
 Cuando pronunció esas palabras algo estalló dentro de mí.  Fue como si mi mayor pesadilla , se hubiese cumplido. Pero permanecí quieta. Los años me habían enseñado que no es bueno mostrar  tus debilidades.
-¿Qué le ha pasado?- Dije temerosa como escupiendo las palabras.
-Nada , bueno ,ya sabes , cual es su situación.  Ese eso , el problema es que  cada día, empeora.  O eso pienso yo. Las demás visitas no piensan lo mismo. Bueno ,la otra persona del servicio social no le hace apenas caso , por eso creo que no ve nada. Conoces como son esos cabrones. A mí me da la sensación de que la soledad , le mata por dentro. Ya sabes cómo es él. Nunca se queja. Pero cada día , le noto más abatido. Y cansado. A veces , le voy a visitar y me paso largas horas hablando con él , de …- Vaciló unos instantes.- de lo de antes. Y cuando hablamos de tí levanta la cabeza. Y me mirá como un perro esperando a que su amo aparezca por casa. Yo le digo con la mirada que no aparecerás. Y eso… No sé como decir…
-¿ Me estas pidiendo que vaya a verle?- Adiviné sus intenciones.
-Pero no de la forma que tu te peinsas. Sólo hacerle peuqeñas visitas. Tu sabes cuanto te quería.- Claro que lo sabía , lo tenía tan claro como el agua. Sabía cuantos noches habíamos lloraod el uno por el otro , cuantos sufrimientos habíamos pasado por esa distancia que cada vez se hacía más larga.
-Sabes que no puedo-
-Tu marido ya no esta con nosotros. Tus hijos viven lejos , estas jubilada. No sabes que hacer con tu vida. ¡Ayudamé a reocnstruir la suya¡
-No puedo- Me repetí intentando no llorar. Pero ella lloró y yo no pude soportarlo y estallé en lágrimas. ¡ Dios mio , aún le seguía queriendo!
-Por lo que algún día fuimos , tantan.- Hace medio siglo que nadie me llamaba así.. Por favor hazlo por él.
Ella me miraba buscando una respuesta. Una respuesta , que yo no podía darle. Entonces se arrodilló y pudo ver las lagrimas de mis mejillas y sentir  mi respirar entrecortado.
-Tantan, la vida ha sido muy dura con vosotros hasta ahora pero eso no significa que no podaís estar juntos en un futuro. Eh , miramé. Los dos os necesitaís. ¿Crees que no eh visto como te has sentido cuanto he mencionado su nombre? Os dos os queríais y apostaría el cuello a que os seguís amando como el primer día. Si no es así , dimeló y deja que me vaya descorazonada. Porque si lo vuestro no era amor verdadero ,  la vida no tiene sentido.
-Deja d edecir estupideces-  M estab empezando a poner nerviosa. Con los años , me alteraba con más frecuencia
-No son estupideces, tantan. SI podríamos…
-¡Deja de llamarme así!- Le espeté. Ella me miró asustada Aquello no se lo esperaba. No pude mirarla a los ojos . Entonces ella, velozmente se levantó y buscnaod mi mirada me dijo.
-No te reconozco. No eres la misma de antes. Joder , no creí que había pasado tanto tiempo.
Y se fue , por la puerta. Cómo si nada. Por unos instantes permanecí quieta ,escuchando como la única oportunidad de volver a verle , de estar juntos. Se escapaba pro la puerta. Joder , mi oportunidad. Cauntas veces . había soñado vovler a verle… Cuanto tiempo había pasado.
Antes de que me pudiera dar cuenta estaba en el jardín , clamando voz en grito a Miren:
Pues claro , que quiero ir con él. Quiero llegar a ese cuchitril , mirarle a los ojso y decirle que nada de esto fue en vano. Que tiene familia y que siempre le he amado , le amo y siempre le amaré. Sentarme a su lado y morir juntos , añorando los tiempos pasados y los que nos queda  por vivir.
Ella se paró en seco. Y me miró. Ciertamente, nos miramos las dos. Esperando un respuesta. Una repuesta que yo ya había dado.

Era domingo , las nueve de la mañana. Cuando estaba con el añoraba esos isntantes en los que la luz atraviesa debilemente las cortinas y los dos nos acurrucábamos juntos. Ese piar de los pájaros y la calle dormida.
Los mejores momentos de mi vida , les he vivido en domingo. Me dije. Y hacía tanto tiempo que no vivía un domigno que me gustará. Un domingo con más compañía que la tele y un amargo café.
Ninguna de las dos hablo durante el camino.  A decir verdad, llevábamos sin hablar desde ese día. Aquel día en el que mi vida cambió burcamente. Tan sólo quedamos en que me pasaría a buscar en ese viejo seat “ Algún día” , dijo , a las 8 de la mañana. Desde esde día , me despertaba con algo en el pecho, algo que me comprimíua de la garganta al esófago y que , de alguna extraña forma , me gustaba. M edesperté todos los días temprano y miraba a la hora punta desde mi ventana si apsaba aquel seat. Pero nunca me vestí. Algo en mi interior sabía que vendría un domingo y no un  día cualquiera. El día , supongo que después de tanto tiempo ella sabría que era nuestro  día favorito. Nuestro, que bonito suena ahora.
Y apareció un domingo. Yo salí de mi casa , apenas había amanecido y crucé la calle entre el critalino rocío. Hacía tanto frio. Parecía emntira que hace 45 años, con uno de sus abrazos ya no sentía nada. Entre en auqel viejo coche. Sin hablar ,un simple giro de cabeza como saludo. Ambas sabíamos que cuando llegaría a aquel lugar hablaría todso lo que tanto tiempo había callado.
¿Qué diría? Ni yo lo sabía.¿ Cómo reaccionaría después de tanto tiempo? ¿ Serái iagual que antes? Tal vez un primer amor se queda en eso , grandes recuerdos y un triste adiós. Pero lo nuestro fue más que eso , fue un único amor para toda la vida, por lo menos para mí. Por la noches aún me gustaba epnsar que el roce de la almohada en mi arrugas era su caricia y el rugir del viento , nuestra canción favorita susrrada en mi oído. Y él,¿ Qué tal estaría?¿ Cómo le habrían tratado los años? ¿ me odiaría o me recibiría entre besos? Creo que tenía miedo y alegría a lo desconocido. Pero para mí no era desconocido , de alguna forma, en los moemntos de angustia , pensbaa ne su voz y, en los momentos en los que nadía se preocupaba por mí, sentía su abrazo. Cómo si toda mi vida em hubiera acompañado. Pero como dice Miren” La vida ha sido dura con vosotros pero ahora teneís una o`portunida” ¿ Después de tanto tiempo? Casi 32 años desde nuestro último encuentro , epro para que mentir , igual de increíble que la primera vez que em encontré con él a solas. ¡Cuánto de menso le habái echado durante toda mi vida!
Pensando , no em dí cuenta de que ya habíamos llegado a aquel barrio. Fue como si toda la ciudad hubiese cambiado emnso esa zona. Un paruqe y dos arbustos Nada más había cambiado. A algunos les resultaba deprimente , a mí em tranquilizó. Fue como si no hubiera pasado el tiempo. Me perdí entre sus callejuelas sus postes de luz , donde colgaban unos zapatos. Me perdí en la mirada de unos niños que , tal vez , tuvieran la suerte , de vivir lo que yo viví en ese barrio. Llegamos pronto al piso , demasiado pronto. Aún olía a oxido toda la escalera. Según recorría aquellas estancia , más vulnerable me volvía. Exteriormente , seguía siendo esa ancianita que nosse sabe muy bien porque estaba allí , pero mentalmente volvía a esa época. Esa época que me hbaía traido los emjores meomentos de mi vida y a la vez los peores.
De repente, Miren se paró en aquella puerta. La puerta. Me miró.. Y entonces , la abrió. Y Todos los recuerdos , absolutamente todos se apoderaron de mí como si fuera una marioneta. 
 

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